Advertencia...

ATENCIÓN: " Todo lo escrito aquí puede ser no real...

miércoles, 18 de enero de 2017

¿Compartir?

Idiota publicación
detergente moralista, 
tratas de limpiar nuestra conciencia
y dar una idea realista.

Triste imagen que te acompaña
 y empuja a compartir tus colores de una gris verdad,
ante tanta mente transparente
 que ni sabe ni lo sabrá valorar.

Simple gesto que camufla o sustituye,
como lo prefieras llamar,
la acción que realmente 
lo puede solucionar.



Una mierda que cagó mi subconsciente

Incoloro arte tan propio de mis folios. No sé qué escribir, por dónde empezar, si quiera que transmitir.

Mi cabeza da vueltas mientras mis ojos permanecen fijos sobre esta hoja de papel, 
papel vacío, 
papel blanco a la luz y a la vez tan sombrío. Ilumíname, trae a mí la puta inspiración que alguien un día apartó de mi camino y para no volver se fue llevándose consigo,

lo que tanto añoro... mis palabras. 

Joder, palabras, es justo lo que necesito, lo único que tengo y lo que más me falta en este momento. Palabras para explicar lo que siento, para poner orden a mi pensamiento, o yo qué sé, solo para quemar el tiempo. Que mi mente ya se marea de tanto giro entre versos prosaicos que no tienen ningún sentido.

Sal de mí, subconsciente, traidor que siempre está presente y nunca miente. C
ansada estoy de tu juego, de tu ocultismo y de tu manera de manejar mi sueño. 

Hoy quiero hablar contigo. No te encuentro.
¿Te escondes?
Claro, apareces solo cuando claman las pasiones. Interesado titiritero de nuestros deseos!
Cierro el telón de mis ojos buscándote entre mis miedos, por si has codiciado una vez más, camuflarte entre sus enredos.
Emerge ya del calado abismo de mi razón, que me agoto de cavar
y hastiada también está mi consciencia, de tanta soledad.





Consciencia:







sábado, 1 de noviembre de 2014

ACIDEZ

Sintiendo lo nunca y lo siempre sentido. Reviviendo de una forma única experiencias pasadas en forma de deseos de besos, abrazos, confesiones y caricias… sobre todo caricias. Cada roce, cada susurro y casi cada mirada, se convierte en un mar de sensaciones que recorren mi cuerpo tratando de desconcertarme. Alejándome de la razón y acercándome más a ti que a su vez eres un imán para la reflexión. 
Reconozco en mí a la tormenta que acaba siempre con la estabilidad y la paz, inevitable que ocurra, pero que tras su paso siempre devuelve la tranquilidad. Nubes que dejan caer allá donde van gotas de inmadurez, me siento sucia, barrosa. Simple lluvia que corroe con su acidez… 
Cada vez más sentimientos, cada vez más dudas y más remordimientos de un pasado lleno de remolinos y corrientes que provocaron que ahora tenga miedo de nadar en tus aguas cristalinas y tranquilas. Tal vez no sepa flotar, tal vez me hunda y arrastre conmigo la serenidad de este mar… caminaré por la orilla sin arriesgar y en la arena dejaré mi huella hasta que ola tras ola se acabe por borrar. 

domingo, 11 de mayo de 2014

EL LUCERO DEL ALBA

"Ese lugar entre los sueños y la realidad"

La mayoría de estrellas y planetas solo son visibles en determinados contextos. Las estrellas solo son visibles durante la noche y la ausencia de luz solar, a excepción de aquellas que son más cercanas y con luz más fuerte que llegan a verse en los últimos minutos del Ocaso. 

Entre esas estrellas hay una que destaca singularmente, una estrella que sigue al Astro Rey (Sol). 


                                             El lucero del Alba, la estrella Venus.


De todos los astros observables desde la Tierra es el más luminoso después del Sol y de la Luna, por lo que se deja ver aún cuando es de día. Aparece en el firmamento tres horas antes de que el Sol se oculte en el horizonte, asimismo desaparece tres horas después de que el Sol salga al amanecer. Siendo la primera y última estrella visible en el cielo.

Pero ¿Qué tiene de particular este momento? Probablemente es el momento más extraño y mágico de la jornada. Es un momento en que no podemos asegurar que es de día o de noche. 

En el ocaso es la puerta de los misterios, pero al mismo tiempo durante el alba es la puerta reveladora de la luz. Es por así decirlo, la puerta que comunica la Noche con el Día, y el Día con la Noche. 

Curiosidades: 

Se creía que esta estrella era la misma diosa Venus, la Estrella Vespertina o Lucero del Alba.Muchas tradiciones mágicas lo consideran el momento más sagrado o mágico de la jornada. Algunas ceremonias religiosas se inician justo en el momento en que se ha puesto el Sol. Siendo el inicio al mundo de los Sueños (La noche) momento en el que lo sagrado y oculto se deja conocer y explorar. En la Biblia aparece varias veces la expresión estrella de la mañana, pudiendo tener dos significados casi opuestos. En algunas partes podría hacer referencia a Lucifer por estar desterrado del cielo y en otras a Cristo, cuando se denomina a sí mismo "la estrella resplandeciente de la mañana".

Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Lucero_del_alba http://masoneriauniversal.com/otras-doctrinas/simbolismo-de-peter-pan/

domingo, 4 de mayo de 2014

Flauta de pan ANTARA. Música y naturaleza unidos.

Flauta de pan Antara, un sonido muy dulce que consigue evadirme y relajarme...lo relaciono con el contacto con la naturaleza y la esencia natural del ser humano. 

Igual por eso me gusta tanto.

Hay muchísimos artistas muy representativos como Gheorghe Zamfir, pero los dos que más me gustan son Peter Pan y Leo Rojas







http://www.youtube.com/watch?v=S55JMQlsLmw (no me deja poner el video)



sábado, 3 de mayo de 2014

MI DÍA, MI VIDA.

Sentada en el centro de mi habitación contemplo las cuatro paredes que me rodean. Repletas de recuerdos, del presente y del pasado. Entre sonrisas y lágrimas me muerdo los labios empujada por la tentación de retroceder en el tiempo. Cierro los ojos y respiro el aroma del aire resguardado en este cuarto que me ha visto crecer. Cuando los abro fijo la mirada en mi estantería llena de libros perfectamente apilados. Me aproximo, concretamente en dirección al estante donde guardo todas las historias de aventura y misterio que me hicieron soñar tiempo atrás. Cojo uno al azar y comienzo a ojear las páginas. Un libro me conduce a otro. Y un estante al continuo, hasta concluir en los primeros cuentos que mi memoria es consciente de haber leído. 


Capta mi atención uno en especial. Lo separo de los demás y observo durante unos segundos el dibujo de la portada. Aparece un niño abrazado a lo que parece ser un muñeco con forma de jirafa exactamente igual a mi peluche favorito de la infancia. Inmediatamente acude a mi cabeza el recuerdo del momento en el que la vi por primera vez en la tienda de juguetes, amontonada junto a muchos otros peluches. La mayoría eran más grandes y coloridos, pero por alguna extraña razón aquella pequeña jirafa me cautivó. 


Presa de la nostalgia decido rescatarla del olvido y volver a acariciar su terciopelo. Comienzo a buscar donde creo haberla visto por última vez, pero en el armario solo encuentro una inmensa cantidad de ropa. Me alzo de puntillas para otear la parte superior y a pesar de poner gran parte de mis esfuerzos, desisto tras comprobar que no llego. Me ayudo de un taburete y empiezo a retirar objetos en un intento de abrirme paso hacia su posible escondite. Revolviendo entre recuerdos la desilusión se apodera de mí al comprobar que no se encuentra allí el que ahora pretendo recuperar. Hago uso de los últimos resquicios de esperanza y echo un vistazo, pero antes de que pueda rendirme por completo, mis manos se topan con algo que atrae mi curiosidad y que gracias a su textura áspera logro adivinar que es una carpeta. 


La extraigo del fondo y tras cerrar las puertas del armario la aposento sobre la cama. Observo que se trata de una carpeta corriente, pero posee ciertos rasgos característicos. Está muy roída y descolorida, además posee tanto contenido en su interior que da la sensación de que va a explotar en cualquier momento. Extrañada y víctima de la incertidumbre la abro con cuidado. Dentro aparecen un montón de cartas, en algunas reconozco la letra de mi madre, en otras la de mi padre y en otras una escritura que no me resulta familiar. También hay alguna fotografía, postal y folios rellenos de reflexiones. 


Acabo de encontrar un tesoro de emociones. Un cajón lleno de recuerdos, de sentimientos y pensamientos que quedaron encerrados en unas hojas de papel. Todo ello hizo historia, parte de mi historia, parte de mi ser. Reflejan evolución y madurez, amor y desengaño. Ilusiones que formaron parte de lo que se llama crecer y que no puedo evitar comparar con las que siento yo ahora.


Mientras leo me imagino a esas personas más jóvenes, navegando en un mar de dudas, descubriéndose a sí mismas. Me siento como alguien del futuro viviendo el mismo momento y mirando a través de una ventana el paso del tiempo, lo que produce al dejar su huella en nosotros y cómo nos cambia. 

Los protagonistas son ellos, yo simplemente soy una mera telespectadora que no hace nada pero a su vez, interpreta el papel más importante de la historia. El papel del fin y del continuará. El personaje que da solidez al pasado y esperanza al futuro.

 Al hacer un viaje por ese tesoro escondido en esos folios, pienso en las personas que también formaron parte de esta historia y ya no están. Cumplieron su papel y se fueron. Estos pensamientos provocan que mis ojos se inunden de lágrimas, quiero parar el tiempo. Pausar el cambio. 


Imagino que mi madre escondía con cariño la carpeta, creo recordar que alguna otra vez había tratado de evitar que la leyese. Pero me asalta una duda, si no quería que cayese en mis manos, ¿Por qué lo guardó en mi armario? De todas formas, agradezco que lo hiciese, me ha hecho reflexionar mucho sobre ideas que se planteaba y lecciones que iba aprendiendo. Lo he encontrado en un momento idóneo, en el que ya tengo madurez suficiente para interpretarlo y apreciarlo cómo se merece. Me ha gustado que de alguna manera hayan compartido esos momentos conmigo, acontecimientos que aunque no pudiese presenciar también forman parte de mi vida.


“LA LUCHA POR LO QUE SE DESEA DA MÁS VALOR A LO QUE SE CONSIGUE.”

miércoles, 23 de abril de 2014

SENSACIONES.

Un pequeño escalofrío me recorre la espalda mientras poco a poco sumerjo mi cuerpo desnudo en ese riachuelo. Ese riachuelo donde de pequeña me imaginaba un mundo de fantasía junto a mis amigas. Ahora ese pequeño arroyo donde han dado lugar tantos acontecimientos de mi infancia, se ha convertido en un mar de recuerdos, solo recuerdos.

Meto la cabeza debajo del agua en un intento de volver a sentirme niña, pero me doy por vencida. Sigo siendo yo, una muchacha que quiere olvidar el presente y que desea con todas sus fuerzas sentirse de nuevo viva. Repetir esas tardes llenas de carcajadas y bromas junto a aquellas personas a las que prometía no abandonar nunca. Bajo la mirada y suspiro, las cosas cambian.

Echo un vistazo a mí alrededor. Estoy en medio de la naturaleza, disfrutando del contraste entre calor del sol del verano y la frescura del agua rozando mi piel.
Diviso alguien a lo lejos aproximándose. Lentamente la imagen se hace más nítida, pertenece a un joven. Le contemplo durante unos segundos hasta que recuerdo mi cuerpo al descubierto, rápidamente salgo del agua y me cubro con la toalla para esconderme acto seguido tras unos matorrales.

Noto mi corazón nervioso, trato de pasar desapercibida pero al mismo tiempo contemplo curiosa, me pregunto qué le habrá traído hasta este tan poco conocido lugar. Observo entre las ramas cómo el chico llega a la orilla. Mantengo la respiración intentando hacer el menor ruido posible, mientras él al creer estar solo, con toda naturalidad se dispone a sacar algo de su vieja mochila. De repente siento que algo se clava en mi pierna, escuece, se me escapa un leve gemido y aprieto los puños como si de ésta forma lograse atenuar el dolor. Intento contener las lágrimas a la vez que mis pulsaciones aumentan al darme cuenta de que el desconocido ha notado mi presencia y mira en dirección a mi escondite, se levanta y se acerca. Cuando creo haber sido descubierta me percato de que realmente mira una colmena situada justo encima del arbusto que había tomado como refugio. 

Suspiro aliviada mientras cierro los ojos y mis manos acarician mi pierna calmando la incómoda sensación, que por lo visto era producto de una abeja extraviada.

Aquel interesante joven, después de pararse a contemplar el hogar de aquel insecto que me había causado tal dolor, regresa a su trocito de orilla para continuar lo que había dejado a medias. Tras volver a meter la mano en la mochila saca lo que parece ser un cuaderno. Lo abre por una página cualquiera y comienza a escribir.
Escribe rápido y parece concentrado, lo que hace aumentar mis ganas de saber lo que le ha traído a este paradero tan poco transitado. Y todavía más por conocer el contenido que está siendo plasmado en las hojas de ese cuaderno.

Por unos momentos permanece completamente inmóvil, ocasión que aprovecho para fijarme más en sus rasgos. Aparenta tener unos dos años más que yo, su pelo oscuro cae de una forma desordenada pero graciosa sobre su frente. A su vez posee una tez blanca, aunque unas mejillas rosadas que invitan a ser acariciadas. Y resaltan sus ojos, levemente rasgados con una mirada fija que tienta a saber más de quién la posee.

Cierra el cuaderno y lo mete de nuevo en su saquito para después irse por donde ha venido. De nuevo estoy sola en mitad de la nada, mirando un montoncito de hojas secas donde hacía solo unos segundos había estado sentado aquel desconocido.

De repente me doy cuenta de que está anocheciendo y recuerdo cómo se preocupa mi madre si aparezco apenas unos minutos más tarde de lo habitual.
 Me encontraba tan absorta mirando a  aquel extraño que ni me había percatado de la hora. Rápidamente me pongo mi vestido azul clarito de rayas y salgo corriendo sin que me dé tiempo a abrocharme las zapatillas.